Actualmente el Ejército Nacional de Colombia cuenta con 5.585 mujeres militares activas, 1.487 son oficiales, 1.431 suboficiales y otras 2.667 son soldados SL12. Ellas se desempeñan en diferentes cargos dentro de la cadena del mando de la institución a lo largo y ancho del país; todo esto sin discriminar si son madres o no.
Este es el testimonio de la teniente Ángela María Moreno Aristizábal, oficial del Cuerpo Administrativo, Trabajadora Social, y Coordinadora del Centro de Familia Militar de la Décima Segunda Brigada del Ejército Nacional, ubicada en Florencia, Caquetá.
La teniente Moreno tiene 31 años, es madre de un niño de ocho años y está casada con un sargento viceprimero desde hace 12 años. Ambos están cerca de conocer a su segundo hijo, un nuevo ser que se gestó desde un principio en un ambiente netamente militar, aunque lleno de amor y de todos aquellos cambios por los que atraviesan las mujeres en esta etapa tan importante para sus vidas.
La teniente Moreno nació en el Tolima, pero creció en Armenia. Proviene de una familia nuclear-tradicional, tiene un hermano que también es profesional y manifiesta que desde muy niña había soñado con pertenecer a la institución más grande de su país, el Ejército Nacional; es además la única militar de su familia y el orgullo de quienes la han visto crecer, y quienes ahora son testigos de sus logros.
Esta mujer se reconoce así misma como una persona empoderada, motivada y feliz de ejercer su profesión al servicio de las familias colombianas.
La misión de la teniente Ángela Moreno es brindar apoyo, atención y seguimiento a los problemas o conflictos que suelen ser comunes en los diferentes núcleos familiares, trabajando de manera articulada con un equipo interdisciplinar de profesionales, que está presto para facilitar las herramientas necesarias que ayuden a solucionar los problemas, al tiempo en que se busca mejorar las relaciones interpersonales de quienes acuden al Centro de Familia Militar de su unidad, a veces con la única intención de ser escuchados.
Esta mujer y madre militar se caracteriza por ser una persona que sabe reconocer sus errores y pide disculpas cuando es necesario, porque como dice ella: «uno no puede andar por la vida haciéndole daño a la gente y fingir que no pasó nada».
Dentro de los gustos y pasatiempos de la teniente Moreno se encuentran el entrenamiento físico, trotar a convicción, montar bicicleta, leer, compartir tiempo con su familia, y siendo muy enfática en asegurar que el ser mujer y madre militar significa crear esa capacidad de encontrar un equilibrio entre el trabajo y el hogar.
Antes de ser oficial, la teniente Moreno ya era madre y ejercía su profesión en un centro de familia militar, cuando en el mes de abril del año 2018 se presentó a una convocatoria del Ejército Nacional. Su carrera se encontraba dentro de las vacantes que estaban abiertas y que desde hacía 13 años no se requerían. Moreno resalta que los oficiales profesionales en trabajo social, que son más antiguos que ella, actualmente ostentan el grado de tenientes coroneles, una brecha bastante amplia para la carrera militar que eligió seguir.
Vale mencionar que, a pesar de que en su momento la ropa y el camuflado ya no le quedaban bien, de tener que dejar de realizar actividad física y hacer polígono, o incluso, salir de la fila en las formaciones porque no podía estar mucho tiempo de pie, la teniente Ángela Moreno acepta con orgullo su condición y se siente tranquila porque finalmente volverá a vivir la experiencia de ser mamá, ahora de una niña: Antonella, y compartir esa alegría con su esposo Efraín y su hijo Emmanuel.
Finalmente, la teniente Ángela Moreno dice: «si dentro de los planes de Dios está que sea general, pues hasta ahí llegaré, pero si Dios me tiene para llegar hasta capitán o hasta mayor, pues que sea su voluntad». Así mismo, concluye afirmando que: «ser militar no es solo una profesión, es un estilo de vida».
Y básicamente, así es ella. ¡Una madre a mucho honor!
Autor: prena - Sexta División del Ejército Nacional