"Cuando estoy en el área prefiero dibujar que ponerme a descansar, trato de perfeccionar mi talento, aunque no puedo dibujar cuando el clima está húmedo por que se me daña el material”.
Con 29 años de edad, y 6 de ellos como soldado profesional del Ejército Nacional, José Luis Navarro, logra a través del arte sentir el amor de una familia, la complicidad de una selva y la lucha de una institución, la misma que le ha permitido combinar sus dos pasiones, y que hoy lo hace sentir un hombre victorioso, un soldado de corazón bajo el pincel de un retrato.
Desde muy joven demostró aptitudes sobresalientes para el dibujo. Su ritmo al hablar es pausado, su tono es tímido y sus palabras dan cuenta de una personalidad noble y fortalecida por los principios y valores inculcados en el hogar de sus padres.
Nació en el municipio de Rovira, Tolima, un 12 de marzo de 1994, es hijo de don José de la Cruz Navarro Prada y la señora Xiomara Peralta, hermano de María Navarro y Alexandra Navarro. Habla de ellos con orgullo, pero al mismo tiempo sus ojos se llenan de sentimiento, entiende que dejar a una familia es difícil, pero son ellos quienes lo motivan para que continúe siendo el gran militar que hasta el momento representa.
Navarro vivió hasta los 11 años en el campo y relata con una sonrisa en su rostro un par de recuerdos: «Tenía que caminar como una hora para llegar a la escuela a estudiar, vivíamos en una finca ganadera, mi papá cuidaba las vacas y yo los terneros. Durábamos hasta las siete de la mañana ordeñando las vacas, luego me cambiaba y me iba para la escuela».
En el año 2013, con 19 años de edad y el esfuerzo que requería el contexto en el que creció, obtuvo su primer logro graduándose de la escuela como bachiller.
Para el soldado Navarro, trabajar en el Ejército Nacional es un honor y sabe muy bien que cada sacrificio tiene su recompensa: “El trabajo en el campo es difícil, tocaba madrugar y trasnochar. Durante el bachillerato yo estudiaba en la nocturna y en el día trabajaba en el campo. Decidí prestar el servicio militar en 2014, pensando en tener una mejor oportunidad de vida y efectivamente continué como soldado profesional en 2017. Un lanza me motivó”.
Es el único hombre de la familia Navarro Peralta y, aunque relata que en un principio no fue fácil para sus padres ver partir a su hijo, solo bastó una charla familiar en la que expresó su enorme deseo de contribuir al país y a la sociedad para que lo apoyaran irrestrictamente en su decisión.
El inicio de un artista
“Mi amor por el dibujo nace desde la escuela; siempre dibujaba. Inicié como todo niño, con muñecos, animales. En las clases de Artística y Ciencias Naturales me destacaba por mis dibujos, y en la casa también cuando me quedaba tiempo libre, lo ocupaba en el dibujo”, agregó el soldado.
Hoy, mientras patrulla las selvas de Guaviare, sus compañeros le expresan admiración, pues además de cargar con elementos militares propios de su misión, que representarían alrededor de 25 kilos en su espalda, también carga y cuida minuciosamente sus elementos para dibujar.
Navarro sueña con ser diseñador gráfico y, aunque no cuenta con los recursos suficientes, no descarta la posibilidad de estudiar y poder profundizar su técnica de dibujo, pues dijo: «La gente no me cree que esto es empírico».
Comenzó a perfeccionar su estilo de dibujo cuando llevaba tres años como soldado profesional, y dice que su modelo favorito es Cristo: «Yo comencé con un cuaderno que me prestaron, otro compañero me regaló un lápiz. Un día un lanza quería que le dibujara a la novia y desde ahí aprendí que también podía dibujar personas. En esa época tenía una novia que se convirtió en mi modelo también. Luego un sargento me regaló tres hojas de bloc para que yo comenzara a dibujar, y así, poco a poco fui aprendiendo todo lo que hace parte de este arte y ahora intento comprar materiales de calidad».
Cuando uno quiere, puede
“Las técnicas y cuadrículas las he aprendido mirando videos. Eso es lo que me inspira, me gusta dibujar retratos, pese a que es lo más difícil. Como la mayor parte del tiempo me la paso en el área, me demoro de 15 a 20 días en terminar un dibujo. Me gusta mucho cuando mis comandantes me dicen que dibujo muy bien y me dicen que siga mejorando. Soy feliz en mi Ejército que me lo ha dado todo. Llevo más de 5 años siendo tirador de alta precisión (TAP) y deseo terminar mi carrera", agregó Navarro.
El mensaje
Como José Luis Navarro, miles de soldados profesionales que hacen parte de las filas del Ejército Nacional mejoraron su calidad de vida y la de sus familias gracias a las posibilidades que ofrece la institución, convirtiéndose así en un gran ejemplo de superación e inspiración.
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Autor: prensa - Cuarta División del Ejército Nacional