En el 2019 las Fuerzas Militares realizaron el primer transporte de 4 paneles solares. Este año junto con el Movimiento Ambientalista, se comprometieron entregar 4 más, que lograrían abastecer en su totalidad las necesidades de la comunidad, para minimizar el uso de plantas eléctricas y reducir el impacto al medio ambiente.
A las 5 a.m. Luis González un niño Wayúu, de 9 años, perteneciente a la comunidad de Wayutpa, se levanta para alistarse e iniciar una caminata de 45 minutos hacia la institución etnoeducativa de su comunidad, un lugar fabricado con palos, paja y los elementos propios de un aula ambiental en su región.
Allí diariamente en una jornada convergen 95 niños de diferentes edades, quienes reciben una formación especial en lo relacionado con su entorno cultural, el conocimiento de sus tradiciones, el idioma wayuunaiki, matemáticas e incluso una catedra especial de su culto religioso.
Para poder impartir las clases en esta institución, Rosa María López, líder de la comunidad, se integró desde el 2019 con un proyecto denominado ‘Yo soy Guajira’, liderado por el Movimiento Ambientalista colombiano, con quienes se propusieron el objetivo de movilizar paneles solares para mejorar las condiciones de infraestructura de esta institución, así como incentivar la siembra de cactus y otras plantas que hacen parte de la vegetación del desierto que tapiza la alta Guajira, con el fin de fomentar en los niños la importancia de preservar la naturaleza característica de esta zona.
Para poder llevar a cabo este proyecto, el Movimiento Ambientalista convocó a las Fuerzas Militares, para poder movilizarse hasta esta comunidad de difícil acceso, ya que aunque ellos serían los encargados de gestionar la consecución de los paneles, conocían de primera mano todas las actividades de responsabilidad social que llevan a cabo las Fuerzas, en el departamento de La Guajira.
Fue así como la Primera División del Ejército y el Comando Aéreo de Combate No.3 en 2019 realizaron el primer transporte de cuatro paneles solares, que no dieron abasto para poder poner en funcionamiento los equipos como el video beam y la conexión de diferentes dispositivos eléctricos que tienen los integrantes de la comunidad, por esta razón el Movimiento Ambientalista, el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana, se comprometieron una vez más a movilizar 4 paneles más, que lograrían abastecer en su totalidad las necesidades de la comunidad, para minimizar el uso de plantas eléctricas y reducir el impacto al medio ambiente.
Por esto para comienzos del 2020 el Departamento Estratégico de Acción Integral de la Fuerza Aérea, decidió darle un segundo impulso a este proyecto realizando la gestión de una aeronave que apoyaría el transporte desde Bogotá hacia La Guajira, pero con un apoyo adicional que era el de transportar ayuda médica, un valor agregado para las comunidades de estos sectores, el objetivo: atender necesidades de salubridad en dos comunidades Wayúu seleccionadas por el equipo de ‘Yo soy Guajira’, la comunidad de Murujuy, ubicada en Uribia y Wayutpa en el Cabo de la Vela, donde también se realizaría la segunda entrega de los paneles, para cumplir con este compromiso.
Fue así como el pasado 06 de febrero un C-295 de la Fuerza Aérea Colombiana aterrizó en Riohacha, lleno de ayudas para dos comunidades que con ansías los esperaban no sólo para recibir estos apoyos, sino para compartir con los ambientalistas, oficiales, suboficiales y soldados un buen frichi, plato típico de esta región que es chivo joven, para brindar fuerza a todos integrantes de estas grandes familias, para trabajar en la tierra o en las artesanías, las cuales se han convertido en una de las actividades económicas más relevantes de esta comunidad indígena.
Así empezó el primer día donde se trasladaron hasta la comunidad de Murujuy, entregando ayudas humanitarias, como ropa e implementos para sus quehaceres en el hogar, atendiendo un total de 317 personas con médicos especialistas en diferentes áreas. Para el segundo día la expectativa era mayor porque iban directo hacia ese mágico lugar donde esta iniciativa había nacido, donde el viento sopla a favor, de una comunidad de 395 personas que ahora tendrían acceso al servicio de luz en las instalaciones de su institución educativa, gracias a la integración de entidades públicas y privadas.
Después de este largo viaje desde la capital colombiana, se logró la instalación de estos 4 paneles solares con su respectiva batería, que encendieron la luz para esta pequeña comunidad, la cual celebró este avance con la siembra de más de 20 plantas desérticas por parte de los niños y la atención médica para todos sus asistentes, que con frichi y uujolu agradecieron con inhóspita que a esta región se hayan desplegado las alas de tantos ángeles, comprometidos con el desarrollo y la sostenibilidad ambiental de la comunidad Wayúu.
Fuente: Fuerza Aérea Colombiana