Como un ‘Pegaso blanco’ iluminando la oscura noche en medio de la selva, el helicóptero 'Ángel' FAC-4108 de su Fuerza Aérea Colombiana, realizó la operación de rescate que puso a salvo a los cuatro menores indígenas que milagrosamente sobrevivieron solos, durante 40 días en la selva.
Esta fue una misión humanitaria de recuperación de personal que se desarrolló en medio de condiciones meteorológicas adversas, pero que, con la experiencia, las capacidades y técnicas de las tripulaciones, pudo llevarse a cabo exitosamente.
Alrededor de las cinco y media de la tarde del viernes 09 de junio, reaccionó la tripulación del ‘Ángel’ que se encontraba en el Comando Aéreo de Combate No. 2, luego de ser pronunciadas por los comandos de las fuerzas especiales las palabras "milagro, milagro, milagro", las cuales confirmaban el tan anhelado hallazgo. Inmediatamente, despegó la aeronave llevando a bordo a siete valientes y decididos hombres, dirigiéndose al punto cuyas coordenadas lo ubicaban en el departamento del Caquetá a 3,5 km del lugar donde se había encontrado el avión siniestrado.
Ya en el sitio, el helicóptero descendió a 150 pies del terreno, manteniéndose en vuelo estacionario, sobre árboles de más de 30 metros de altura en medio de una torrencial lluvia; con ayuda de las bengalas que lanzó el avión AC-47T “fantasma” para iluminar la zona, se abrió una de las compuertas del ‘Ángel’ y en seguida se accionó la grúa, iniciando así el descenso de los rescatistas de la Fuerza Aérea, llevando entre sus piernas la silla de salvamento donde una vez pisaron tierra, aseguraron y abrazaron, uno a uno, a los frágiles y expectantes niños.
Esta maniobra aérea que exigió toda la pericia de la tripulación duró alrededor de 35 minutos, hasta que todos los menores, junto con su padre, se encontraban a bordo sanos y salvos atendidos por personal experto en recuperación de personal, quienes monitorearon sus signos vitales, estabilizaron, suministraron oxígeno y proporcionaron mantas térmicas.
“La parte más difícil fue cuando no teníamos visibilidad, nuestras referencias eran a más de 10 metros… Mantener un estacionario a esa altura, con esas condiciones, teníamos los árboles muy cerca, era una maniobra bastante compleja, ya se reflejaba el agotamiento por la premura de poderla efectuar, yo creo que ese fue el momento más complicado de toda la misión… la catalogo la operación de rescate más difícil que he hecho en toda mi carrera como piloto”, manifestó el Mayor ‘Yaso’ piloto del FAC 4108.
Todos estos procedimientos se realizaron en medio de las inagotables lágrimas de alegría del señor Manuel Ranoque, papá de los niños y por supuesto, la de los tripulantes que hacían posible la continuidad de este milagro. También, en medio de rituales ancestrales, hechos por las comunidades indígenas que agradecieron a la madre naturaleza, el haberles devuelto a sus pequeños integrantes con vida.
Así aterrizaron en el aeropuerto de San José del Guaviare, finalizando de esta manera el vuelo rampante de este 'Ángel', hasta dejarlos en manos de las tripulaciones y personal de sanidad militar, quienes los recibieron y abordaron en el avión medicalizado C-295 que los trasladó hasta Bogotá, donde finalmente ingresaron al Hospital Militar Central, para su recuperación.
Autor: Comunicaciones Estratégicas CACOM 2