Más de dos años de paciente trabajo de germinación en el vivero que el Ejército Nacional y Parques Nacionales Naturales de Colombia tienen en Chingaza dieron sus frutos, con la primera siembra de frailejones que buscan reforestar este variado ecosistema.
Cuatrocientos ejemplares de esta planta crecerán donde antiguamente los hombres de camuflado tenían garitas, desde las que vigilaban, se resguardaban y repelían los ataques de las extintas Farc.
El Parque Nacional Natural Chingaza, ubicado en la cordillera oriental de los Andes, al noreste de Bogotá, provee el 80 por ciento del agua que llega a la capital del país y en el habitan 460 especies de mamíferos como el oso andino o el venado, de allí la importancia de su conservación, por ello, siguiendo el ejemplo del Batallón de Alta Montaña No.1, en el Páramo de Sumapaz, el grupo de Caballería Mecanizado No.10 ‘Tequendama’, con el apoyo del
Comando de Ingenieros Militares, iniciaron la paciente tarea de germinar semillas de espeletia grandiflora, una de las especies de frailejón más común en este grandioso ecosistema.
Sin embargo, sembrar esta planta es todo un trabajo, donde el cuidado y la paciencia son fundamentales. Inicia en la caja de Petri donde las plántulas crecen durante 45 días, luego son trasladadas a la cubeta de germinación por ocho meses más y cuando tienen un tamaño adecuado son llevadas a bolsa, donde permanecen un año antes de ser trasladadas a su ubicación final, en todas esas etapas puede haber una gran mortalidad.
Todo este trabajo va enmarcado en la Operación Artemisa, que ataca los delitos medio ambientales como el tráfico de fauna y flora, la deforestación ilegal, el paso de las fronteras ganadera y agrícola, los precursores químicos del narcotráfico y la minería ilegal.
Es por ello que la labor del Ejército está en todo el país, ejemplo de ello son semilleros ambientales de palma de cera de la Octava Brigada; el bombardeo verde en donde, por medio de aspersión aérea, se lanzan cápsulas de semillas con abono; la reforestación de los cerros antiqueños y de varios ecosistemas en Facatativá y los 71 megaviveros en todo el país.
Hoy, las manos con las que los soldados cargan su arma resguardando el territorio nacional son portadoras de vida, una que reverdece el suelo de la patria.
Por: PS. CATALINA RIVERA
Periodista Informativo Insignia