Hombres y mujeres de las Fuerzas Militares engalanaron este 20 de julio las calles de Colombia en el marco de los 213 años del grito de Independencia. Es así como frente al pueblo colombiano, las tropas del Ejército Nacional, la Armada de Colombia y la Fuerza Aeroespacial Colombiana rindieron homenaje a aquella patria que los vio nacer y portan con orgullo en sus uniformes a diario.
Ante los compatriotas, las tres Fuerzas hicieron presencia dando a conocer aquellas capacidades físicas, técnicas y tácticas que poseen y fortelecen día a día, capacidades que son empleadas en operaciones y misiones con el objetivo de proteger a la población colombiana y velar por la soberanía del territorio.
Durante la jornada, se rindió homenaje al papel protagónico de la mujer y su destacada labor dentro del Ejército Nacional; por primera vez y después de 30 años, desfiló el primer bloque de mujeres soldados integrado por aquellas que prestan su servicio militar voluntario.
Son 144 soldados mujeres, quienes actualmente conforman los dos pelotones femeninos que escogieron como proyecto de vida integrar las filas de esta Fuerza, jóvenes entre los 18 y 24 años, en la búsqueda de aportar en la construcción de una patria grande, respetada y libre tomaron la decisión de incorporarse.
Nay López, es una de las mujeres militares que con gallardía asumió este gran compromiso. A sus 21 años de edad, oriunda de Santa Marta, llena de esperanza y con el anhelo de contribuir al desarrollo social de Colombia, atendió el llamado de esta vocación de servicio. “El día que me llegó la noticia, fue súper emocionante saber que iba a integrar las filas del Ejército Nacional” afirma López, quien al recibir la notificación de ser aceptada lloraba de la alegría, le costaba creer que este sueño ya era un hecho.
Al saber que desfilaría ante miles de colombianos este 20 de julio, su corazón pixelado estaba lleno de emoción y expectativas por portar en las calles su nueva piel, que más allá de un uniforme simboliza la entrega por contribuir a una mejor sociedad.
A nueve días de jurar bandera, con una sonrisa en su rostro, invitó a todos aquellos que sueñan con ser soldado de las Fuerzas Militares de Colombia y los invitó a que dejen sus temores, a que se arriesguen y lo intenten. Es consciente de que la doctrina militar implica esfuerzos y un alma impregnada de disciplina, pero con firmeza y convicción afirma que tomó la mejor decisión.
Aunque a la distancia tiene a sus seres queridos que son su motivación y apoyo, en Bogotá sus lanzas ahora también son su soporte, el Ejército Nacional es el apellido que hoy adorna su pecho, convirtiéndose en miembro de una gran familia militar.
Autor: Comunicaciones Estratégicas Fuerzas Militares de Colombia