En lo corrido del 2018 las tropas de la Novena Brigada, a través del Batallón de Desminado Humanitario N° 5 y demás unidades tácticas, han logrado erradicar de suelo huilense, un total de 15 minas antipersonal.
Huila. Aunque la cifra tiene una tendencia hacia la disminución, gracias al trabajo permanente de los Héroes Multimisión en las áreas antiguamente ocupadas por estructuras armadas ilegales que infringían los protocolos de las normas del Derecho Internacional Humanitario, este no puede ser un tema olvidado.
El reto para los soldados, hoy cuando se conmemora el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal, es continuar con la limpieza de cada centímetro del Huila y de la amenaza que representan, en especial para la población campesina.
Armas letales que durante años han sido utilizadas para atentar contra la integridad física y psicológica del oponente y que aún hoy persiste la amenaza por parte de los Grupos Armados Organizados Residuales; una práctica ilegal de guerra que debido al escenario del conflicto armado, no solo ha afectado a soldados y policías, la población campesina se ha visto seriamente afectada con esta práctica ilegítima.
Según las cifras de Descontamina Colombia, en el Huila en los últimos 27 años se han registrado 35 víctimas mortales (16 civiles – 19 Fuerza Pública) y 213 heridos (179 Fuerza Pública – 34 civiles) para un total de 248 afectados.
Poco a poco los datos estadísticos han ido descendiendo, pasando de dos víctimas en el 2016 a 0 víctimas en el 2017 e igual cifra en lo corrido del 2018, dinámica que se espera continúe gracias a las labores de desminado y al apoyo, mediante información de la comunidad.
El alto costo
El uso de estos métodos ilegales de guerra ha tenido como objetivo contrarrestar las operaciones militares e impedir el avance del Ejército hacia las áreas de injerencia de las estructuras armadas ilegal, siendo el más común la mina antipersonal; arma letal cuyo valor de fabricación no industrializada, oscilaría entre los 20.000 y 30.000 pesos y cuya duración puede ser de hasta 20 años, después de enterrada.
Remover una de estas trampas mortales requiere tiempo, empleo de equipos y del riesgo del recurso humano, soldados quienes al trabajar en la neutralización de una mina se enfrentan a la amenaza que representa la manipulación de estas armas de manufactura no industrializada.
Una víctima por mina antipersonal, si es un herido, su proceso de atención y recuperación cuesta alrededor de 750 millones de pesos, lo que incluye hospitalización, prótesis, terapia y acompañamiento sicológico para la víctima y su núcleo familiar. Sin embargo, más allá del valor monetario, está el dolor que representa para las familias y el país el ver mutilados los sueños, a lo que se suma el trauma por daños como la pérdida de visión, desfiguración del rosto, amputación múltiple, entre otros.
A ello se suman los costos de despeje y/o barrido que implica intervenir un área para descartar o neutralizar la presencia de minas antipersonal en zonas que en el pasado fueron preparadas por los grupos al margen de la Ley para afectar las tropas.
Por cada metro cuadrado el costo de operación oscila entre un millón y dos millones de pesos, lo que comprende adecuaciones de áreas administrativas, sostenimiento de operaciones, sostenimiento de intervención y destrucción de la mina.
Avances de Desminado en el Huila
El Ejército no cesa en sus labores de desminado, una lucha que en el Huila le ha permitido a los Héroes Multimisión de la Novena Brigada a través del Batallón de Desminado Humanitario No. 5, intervenir 12 municipios (Colombia, Baraya, Neiva, Tello, Santa María, La Plata, La Argentina, Isnos, San Agustín, Gigante, Garzón y Suaza).
Una intervención que en el 2017 permitió entregar 10.250 hectáreas libres de sospechas de mina en el municipio de Baraya, mientras para el 2018 en el primer trimestre se ha logrado la liberación de 43.817 hectáreas en los municipios de Colombia, Baraya y Neiva.
Hoy el llamado es a la sensibilización. Desde la Novena Brigada la exhortación a la comunidad es a suministrar información oportuna que le permita al Batallón de Desminado Humanitario continuar con las labores para declarar libre de sospechas de minas el territorio.
A la par se hace necesario que cada colombiano se sensibilice y lo materialice mostrando su rechazo a esta práctica ilegal y su apoyo moral a las víctimas - tanto militares como civiles - a través del simbólico y significativo acto de remangarse una bota del pantalón o de la camisa, gesto que año tras año ha ido ganando más adeptos.
Fuente: Novena Brigada – Ejército Nacional.
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