Crónica. Esta es la historia de dos Suboficiales de la Fuerza Aérea Colombiana, ambos Técnicos Primero, ella con 18 años de servicio en la especialidad Administrativa y él con 20 años al servicio de la Seguridad y Defensa de Bases Aéreas, quienes con orgullo el 20 de Julio, día de la Independencia Nacional, sintieron una gran emoción de amor y patriotismo, cumpliendo diferentes roles para el país: militar y familiar.
Son ellos los técnicos primero Fabián Acevedo y Lina María Vargas, quiénes desde tempranas horas del sábado, 20 de Julio, llegaron a la Avenida Boyacá con Américas, desde donde inició la gran parada de las Fuerzas Militares en homenaje al pueblo colombiano con ocasión del Día de la Independencia Nacional.
Su misión esta vez fue cumplir diferentes roles tanto militar como familiar. Mientras el sargento primero Fabián desfilaba orgulloso, honrando a su país, la suboficial Lina cuidaba y cumplía el sueño de su hijo Santiago Emmanuel, de cuatro años, quien, por primera vez, vio a su padre desfilar en el bloque de los binomios caninos de la Fuerza Aérea Colombiana, porque sueña con ser militar inspirado en sus padres y servir a nuestro país.
“Fue una gran emoción, un alistamiento logístico para poder ubicarnos en primera fila, previo al inicio del desfile, para que nuestro hijo Santiago disfrutará el desfile. Fue un trabajo en equipo de toda la familia, de mis papás, de todos los que asistíamos al desfile para ver a nuestro ser querido y lo más importante, para que nuestro hijo, en su primera vez que asistía, no perdiera ningún detalle, dijo la técnica primero Lina Vargas.
Nos cuenta que cuando inició la parada militar los sentimientos comenzaron a emerger en Santiago, la alegría y emoción de aplaudirles, de ver las aeronaves, de ver el sentimiento patrio de la gente, de tomarse fotos con los hombres y mujeres de las Fuerzas Militares, de estar en primera fila, viendo pasar a su Fuerza Aérea Colombiana.
“Mamá este ha sido el mejor desfile al que he asistido”, dijo el pequeño Santiago Emanuel con una sonrisa en su cara, quien en señal de respeto por los uniformados que desfilaron ponía su mano, saludándolos a medida que pasaban enfrete suyo. “Me causó curiosidad y fue un hermoso detalle, aprendido de su padre, quien con cariño le enseñó el saludo militar”, agregó la suboficial Lina.
Para el sargento primero Fabián Acevedo, “Desfilar en el 20 de Julio es una experiencia maravillosa, donde se encuentran personas agradecidas, con buena energía, diciéndonos: ¡Son nuestros héroes!, ¡Gracias Soldados de Colombia!, ¡Bravo muchachos, son lo máximo! Eran familias enteras con niños que deseaban fotos con nosotros, querían saludarnos, nos daban la mano, es un momento inolvidable”.
“Estas expresiones de cariño y vivencias de los presentes al desfile militar nos hacen cargar con una responsabilidad por el pueblo colombiano de una manera más amena, más hermosa, realmente, fue un momento bastante valioso para mí. También, encontrarnos con nuestra familia durante este desplazamiento, es un momento que me llenó esos espacios que uno cree que ya no están. Es un momento grato e inolvidable”.
“Yo creo que lo importante para las familias conformadas por mamá y papá militar es tener presente primero a Dios, la familia y nuestra Patria. No olvidar todo lo que hicieron nuestros próceres por nuestro país con poco recurso, y por eso los hombres y mujeres de las Fuerzas Militares con este desfile salimos a decirle al pueblo colombiano, a nuestros compatriotas que estamos presentes, construyendo país en defensa de la vida”. ¡Gracias Colombia!
Autor: Mery Bravo Silva – Comunicaciones Estratégicas COGFM