Llegar al Llano es despertar con el saludo de un hermoso amanecer que refleja el piedemonte infinito como un mar verde y, sin lugar a duda, es un honor protegerlo desde el cielo, siendo fuente de inspiración para servir a la patria.
Desde el cielo volamos para protegerlo, para salvar las vidas de todos los llaneros, hombres y mujeres pujantes y trabajadores que día a día se esfuerzan por tener un mejor país, pero sobre todo, por no dejar morir su cultura, sus arraigos, lo que los diferencia del resto de los colombianos, es por eso que con orgullo y después de llegar hace 76 años, decidimos no solo velar por su seguridad desde el aire, sino también adoptar su prenda más simbólica, el sombrero, porque “la Base Aérea orgullo de los llaneros”, también está conformada por llaneros y quienes no lo son, establecen raíces en el hermoso portal del llano colombiano.
Es así, como por más de siete décadas hemos participado en diferentes misiones, luchando por la protección de esta región, para que sea un territorio tranquilo, seguro y que todos aquellos grupos al margen de la ley que generan terrorismo, entiendan que en esta región los buenos somos más y por ellos, diferentes generaciones de militares han entregado su vida, por salvaguardar el oriente colombiano.
Desde esta Base Aérea, hemos salvado la vida de cientos de personas, en el 2023 se realizaron alrededor de 30 misiones de traslados aeromédicos y evacuaciones, pero son cientos los beneficiados a través de la historia que han requerido el rescate de un ángel de metal, cuando han sido damnificados por inundaciones, temblores, incendios y diferentes desastres naturales; también lo hemos hecho cuando presentan dificultades médicas, en esos momentos, sin importar la hora ni el lugar, llega una aeronave con personal altamente capacitado para brindarle la mano a quien más lo necesita, así como muchas veces los llaneros lo han hecho con su Fuerza Aérea Colombiana.
Hemos llegado a los lugares más apartados de la Orinoquía, para llevar esperanza a las poblaciones que, debido a su ubicación geográfica, no tienen acceso a especialistas de salud, se han quedado incomunicados por vías en mal estado y, en ocasiones, con escasez en implementos de necesidad básica que, gracias a las capacidades helicoportadas es posible alcanzar estos territorios.
Es por esto y muchas razones más, que la Base Aérea de Apiay se ha convertido en la Base Aérea Orgullo de los llaneros, inspiración para muchos niños y jóvenes que han crecido bajo la protección de las diferentes aeronaves que, surcando el cielo, han sido fuente de esperanza y desarrollo, hecho que los motiva a pertenecer a la gloriosa Fuerza Aérea Colombiana con el anhelado sueño de algún día llegar a esta, su Base.
Autor: Oficina de Comunicación Pública CACOM 2