El delincuente se identifica como integrante de grupos al margen de la ley.
Obtiene la información de la víctima a través de directorios telefónicos, redes sociales, internet, entre otros.
Piden elementos de difícil acceso como armas, municiones, camuflados, medicamentos, botas de combate y otros.
Tienen un discurso altamente intimidatorio, como atentar contra la integridad de la víctima, su familia o sus bienes.
Realizan negociaciones o preacuerdos rápidos (llamadas constantes), emplean términos intimidatorios y agresivos. Generan presión y confusión para confundir a la víctima.