“Permíteme ser marino eternamente mi Dios, permite que mi nombre quede grabado en la mar y mis huellas en la arena, para que como faro infinito ilumine a mi Armada en su batallar”, es el mensaje inscrito en los recordatorios que los Aspirantes a Cadetes entregaron a sus padres en su primer reencuentro, luego de tres meses de adaptación a la vida naval militar, en la alma mater de la Oficialidad Naval colombiana.
Ese mismo mensaje rezaron los corazones de 155 jóvenes, 24 femeninas y 2 panameños, quienes hoy, con la bahía de Cartagena por testigo, dieron el paso en el primer peldaño de su formación naval militar: la anhelada ceremonia de Entrega de Armas y Juramento a la Bandera, que les da la dicha de ser llamados Cadetes, el primer grado de sus singladuras en la Escuela Naval.
Llegar aquí, en palabras del cadete Tomás Pinzón Martín, fue “un proceso muy interesante, donde se aprenden diferentes cosas, a cambiar el estilo de vida que uno lleva como civil para convertirse en marino y llevar una vida con disciplina y buenas experiencias”.
En los primeros tres meses de formación, estos jóvenes recibieron instrucción sobre la doctrina naval militar, aprendieron a trabajar en equipo y ejercitar valores como la disciplina, inmersos en el régimen propio de la Compañía Binney, que se encarga de moldear el carácter de estos futuros hombres y mujeres de mar en esta primera fase.
“Ha sido un poco difícil aunque no imposible, con la ayuda de mis padres y de Dios sé que puedo lograr grandes cosas” expresó por su parte la Cadete Mercante María José Santa.
La ceremonia de Entrega de Armas y Juramento a la Bandera es, por tradición naval, el evento donde los nuevos Cadetes reciben las armas bendecidas con las que juran defender la Patria y fidelidad a la bandera. Y en esta ocasión, mientras sus familiares se las entregaban, de fondo se oyó la canción religiosa Ave María, como respaldo a un acto que se hace desde lo profundo del ser y como testigo de la vocación de servicio a los colombianos.
El evento marcial contó con la presencia del Inspector General de la Armada de Colombia, el Director de la Escuela Naval de Cadetes, personal uniformado, los Marinos FIDES y familiares.
“Esto es algo que marca de verdad. Y es un compromiso de todos, no sólo de los que estamos en la escuela sino de toda Colombia” afirmó la Cadete María José Santa.
En este mismo acto marcial, se realizó la entrega de la medalla “Fe en la Causa” de la Armada de Colombia, al Teniente de Navío de la Reserva Activa Francisco Alberto Leguizamón Martínez, que se otorga al personal que se destaque en la recuperación de la paz, el orden y la democracia de la Nación, así como al personal militar en uso de buen retiro que presten sus servicios meritorios en beneficio de la Armada de Colombia.
La Escuela Naval de Cadetes ‘Almirante Padilla’ continuará la formación integral de estos jóvenes como marinos, forjando el carácter y capacitándolos militar y académicamente para proteger el azul de la bandera.
Fuente: Escuela Naval de Cadetes ‘Almirante Padilla’