Resaltamos hoy la vocación de tres integrantes de la Fuerza, quienes decidieron servirle a la patria: un sargento segundo, un soldado profesional y un soldado que presta su servicio militar, quienes dentro de la institución son embajadores de sus raíces y representantes de los ancestros de la patria. Con convicción y vocación, le sirven a su país, quienes además cuentan con una exención por ser miembros de las comunidades indígenas, según la Ley 48 de 1993 de la Constitución Nacional.
El sargento segundo Geovanny Cuastumal Aza, descendiente de las comunidades indígenas del Sol de los Pastos, del resguardo Guachucal, Nariño, define a esta tierra como el pueblito de sus amores; él recuerda sus hermosos paisajes con sus tres volcanes abrazándolo y también durante su feliz infancia, soñaba con ser grande e imaginaba ser soldado. Hoy se siente realizado con su carrera militar como sargento segundo, con 17 años de servicio, en el glorioso Ejército Nacional de Colombia.
Este suboficial, es un orgulloso de la cultura heredada de sus padres, Cristóbal Cuastumal Malte y María Nelly Aza y hoy les agradece porque fueron precisamente ellos, quienes le inculcaron el amor por su tierra y lo invitaron a seguir sus sueños; primero a prestar servicio militar y luego hacer de la carrera de las armas, parte de su vida. Hoy desde Puerto Gaitán Meta, en el Batallón Especial Energético y Vial No.15, ha podido aportar a más de 20.000 miembros de las comunidades indígenas que habitan allí, siendo un ejemplo de capacidad de servicio y entrega militar para los colombianos.
Por otra parte, el soldado profesional Neffer Bayón Magdaniel Epieyú de la comunidad indígena Wayacatira localizada a 24 kilómetros de Manauré, en la Guajira, es un soldado que ama lo que hace; Candelaria Epieyú, y Arturoca Epinayú, sus padres, le enseñaron que la tierra es sagrada y que servir a los demás es su deber; de ellos proviene su estirpe indígena y se siente orgulloso de su familia, tiene 15 hermanos, de los cuales dos, hacen parte de las Fuerzas Militares, uno es patrullero de la Policía Nacional y el otro, acaba de ingresar a prestar su servicio militar en el Ejército.
Lleva dos años como soldado profesional y ya ha recorrido el departamento del Cesar y ahora el llano colombiano, desde la unidad motorizada del Escuadrón Alcaraván, Grupo Liviano de Caballería No.6 garantizando la seguridad y la libre movilidad en las vías del departamento del Meta, hasta San José de Guaviare.
Por último, Víctor Chipiaje Gaitán, de la comunidad Unuma de la Morenita, en Puerto Gaitán Meta, se encuentra prestando el servicio militar desde hace 8 meses en su tierra natal, conocida como el paraíso natural de Colombia. Desde muy pequeño quería portar el camuflado y lo consiguió. Prestar su servicio militar, ha sido muy importante para su formación como ciudadano colombiano, esta experiencia lo motiva a continuar con su carrera militar de suboficial, para seguir avanzando en su formación personal y militar.
Ellos son tres militares, ejemplares que tienen en su ADN el amor y capacidad de servicio por sus compatriotas, representantes de las comunidades indígenas, coincidiendo en afirmar que la Fuerza se los ha dado todo, disciplina, entrenamiento y la oportunidad de ser mejores colombianos.
Fuente: prensa - Séptima Brigada del Ejército Nacional