El nuevo comandante de la Cuarta División tiene como premisa la protección de la vida y la seguridad de los territorios, mediante la acción unificada que permita llegar a las comunidades más vulnerables.
Hasta la comunidad indígena Puerto Vaupés, ubicada a 20 minutos de Mitú, llegó el brigadier general Miller Vladimir Nossa. Él compartió con más de 30 niños y adultos indígenas, a quienes les entregó algunos detalles y brindó una jornada de sano esparcimiento junto a sus soldados.
En medio de una clase de matemáticas, este servidor público, en un acto que llamó la atención de los niños, por un momento de manera espontánea, se hizo profesor de la clase y resolvió dudas que tenían en fracciones matemáticas, luego resaltó: "Nos debemos a nuestro pueblo, y en especial a las comunidades indígenas que representan sabiduría y cultura. Nuestros esfuerzos están orientados a garantizar su seguridad y bienestar".
Es así como este soldado, el más antiguo de la Cuarta División, fusionó su experiencia militar de más de 33 años con el legado y sabiduría indígena, junto a 38 niños de la escuela rural de esta comunidad que cursan los grados de primero a quinto de primaria, olvidando su planeamiento operacional por un momento, para está vez desarrollar un ejercicio matemático.
Entre dos lenguajes, el cubeo, lengua nativa hablada en el noroeste del estado brasileño de Amazonas, en la región del río Vaupés, y el español, los menores hacían más preguntas al oficial.
Para el Ejército Nacional recobra cada vez más interés preservar la vida y proteger los derechos de los menores, especialmente frente a la prevención del reclutamiento ilícito por parte de grupos armados organizados y bandas criminales. Por esto, luego se dirigieron a una cancha de fútbol, donde con un megáfono el general Nossa explicó cómo se puede prevenir este delito, y alertó a los adultos, invitándolos a no ser indiferentes y denunciar.
Esta actividad estuvo acompañada de más soldados que, mediante sonrisas y juegos lúdicos, compartieron un espacio que quedará grabado en la memoria de los niños, niñas y padres de familia.
Durante el primer recorrido por Vaupés, también escuchó a sus soldados, pues para un comandante preservar la vida e integridad de sus hombres es una tarea diaria y sin descanso, que implica verificar en campo sus necesidades. Desayunó en Puerto Calvo, con soldados que realizan un puesto de control fluvial para identificar posibles amenazas que alteren la tranquilidad de la región. Ahí, con el sabor de la tradicional arepa cinco huecos, huevo y chocolate, hablaron del honor de ser soldado colombiano y el sacrificio que implica estar lejos de casa.
El soldado en Vaupés es un defensor y protector de las tradiciones y cultura que hacen parte del patrimonio nacional.
Fuente: prensa – Ejército Nacional