El sargento segundo del Ejército Nacional Luis Guillermo Arroyo Díaz es el encargado de obra en un mantenimiento mayor de un alojamiento tipo H en Tolemaida, donde demuestra las capacidades que ha obtenido gracias al apoyo del Batallón de Ingenieros Militares.
En el año 2003 comenzó prestando el servicio militar en el Batallón de Ingenieros No.2 'Francisco Javier Vergara y Velasco', en Malambo, Atlántico. Para el 2005 continuó la carrera como soldado profesional, durante cinco años. Luego fue escogido para hacer el curso de suboficial de construcción gracias a sus competencias y desempeño. Él dice al respecto: «Cuando adquirimos una nueva habilidad, nos sentimos orgullosos, queremos contárselo a nuestra familia y amigos».
Durante los 20 años y 8 meses que ha estado en la institución, el sargento Arroyo, oriundo de Cartagena, recuerda con mucha alegría una obra donde se unieron esfuerzos técnicos, administrativos y financieros, a través del Batallón de Ingenieros, para efectuar el mantenimiento de una vía terciaria en el municipio de Urrao, Antioquia.
«Las sensaciones que te genera la gratitud de las personas no las tienes en la vida cotidiana, en ningún otro trabajo. Estas obras mejoran las condiciones de vida en la comunidad. En este caso, porque los productos cosechados eran transportados a caballo o mulas, y ahora lo pueden hacer por medio de camperos y motocicletas», expresa con felicidad el sargento.
A sus 39 años, Arroyo se desempeña como encargado de obra en un mantenimiento mayor de un alojamiento tipo H en las instalaciones del Batallón de Fuerzas Especiales Rurales No.1, ubicado en el Fuerte de Tolemaida. «Quiero demostrar por medio de mi historia que todo puede ser posible, si lo haces con disciplina y constancia. Además, aprovechar el apoyo que nos brinda el Ejército para cumplir y superar nuestras metas. Siempre con empeño y sacrificio».
El sargento agradece ese momento cuando decidió prestar el servicio en el Ejército. Una experiencia que ha impulsado su crecimiento tanto profesional como personal. Desde el desarrollo de habilidades técnicas y de liderazgo hasta el fomento del trabajo en equipo.
Así mismo, la disciplina y los valores inculcados proporcionan una base sólida para enfrentar los desafíos de la vida con determinación y dedicación. En última instancia, aquí no solo se forman soldados, sino también personas capaces de liderar y contribuir positivamente a nuestro país.
Autor: prensa - Ejército Nacional