Este esfuerzo operacional, que va de la mano con el Gobierno departamental, ha permitido la ubicación e inutilización de más de 70 máquinas empleadas en este grave delito contra el medio ambiente. Todas las capacidades terrestres, fluviales y áreas están dispuestas para combatir este fenómeno criminal. Ofensiva.
El daño ambiental que generan los dragones, las retroexcavadoras, los motores y la falta de conciencia humana, es evidente en alguna parte del territorio del departamento del Chocó. Cientos de hectáreas de bosque han sido arrasadas en búsqueda de oro. El daño ambiental es casi que incalculable y aunque las autoridades realizan esfuerzos cada día encuentran mañana quinaria.
Ante este fenómeno criminal, del que los grupos armados organizados se lucran y alimentan su aparato criminal, las Fuerzas Militares iniciaron el “Tiempo 2” del Plan de Campaña Estratégico Conjunto Ayacucho, el cual tiene entre sus prioridades la lucha frontal contra el delito y los actores que lo generan.
Dentro de esta ambiciosa estrategia, las Fuerzas Militares, han puesto “el acelerador a fondo” en el Pacifico, especialmente en el departamento del Chocó, que viene sufriendo este grave flagelo, que afecta las fuentes hídricas, contaminándolas con químicos como el cianuro, el mercurio y otros, así como a la flora, fauna y la vegetación de este pulmón del occidente del país.
De manera conjunta, coordinada e interinstitucional el Gobierno Nacional, el Ejército Nacional, la Armada de Colombia, la Fuerza Aeroespacial y la Gobernación del Chocó, han iniciado una serie de acciones que permitan debilitar y desarticular las redes logísticas y criminales dedicadas a este grave delito contra la naturaleza.
De la mano de la acción militar, como lo es llegar a los territorios donde con dragones, dragas, retroexcavadoras vienen depredando la selva chocoana, las autoridades gubernamentales intervendrán con la generación de espacios educativos y laborales, que le permita a la población civil acceder a condiciones dignas de vida dentro de la legalidad y el cuidado del medio ambiente.
Los esfuerzos han aumentado por tierra, río y aire. Con aeronaves no tripuladas como drones de última tecnología, se rastrean, monitorean y detectan los puntos en donde hay posible presencia de maquinaria que esté realizando acciones como tala de árboles, socavar el terreno y otras actividades propias de la minería ilegal.
Por río, las Fuerzas Militares desplegaron embarcaciones artilladas del Ejército Nacional y la Armada de Colombia para realizar patrullajes diurnos y nocturnos. Debido a la alta velocidad que manejan, incluso son empleadas para interceptar lanchas en las que puedan movilizar químicos, repuestos y la misma maquinaria.
Una base militar ubicada estratégicamente entre los ríos Quito y Atrato ha sido fundamental para tener un mayor control sobre el paso de las flotas que puedan tener como objetivo apoyar esas labores delictivas de la explotación ilícita de yacimientos mineros.
Helicópteros para el transporte de las tropas y para el mando y control sobre los movimientos de las tropas y la verificación de información sobre la posible ubicación de unidades de producción minera también ha sido fundamental. De manera permanente están sobrevolando los cielos del Chocó helicópteros de la Aviación del Ejército y la Fuerza Aeroespacial para movilizar a los uniformados hacia los lugares en donde se encuentre maquinaria que esté afectando al medio ambiente.
Esta sinergia de esfuerzos institucionales ha permitido que los resultados del “Tiempo 2” del Plan de Campaña Estratégico Conjunto Ayacucho en Chocó, comiencen a verse.
En lo corrido del 2024 ya son 11 las unidades de producción minera intervenidas. Allí las Fuerzas Militares, junto a la Policía y la Fiscalía han inutilizado ocho dragas, 10 retroexcavadoras, cuatro dragones y 37 motores empleados para la extracción de oro.
Estas afectaciones han hecho que, durante estos dos primeros meses del año, las organizaciones criminales dejen de percibir cerca de 25 mil millones de pesos, traducidos en los golpes a la maquinaria y al oro que dejan de explotar, lo que significa un debilitamiento sustancial en sus redes logísticas y criminales.
El aumento de uniformados en el departamento del Chocó ha permitido también mejorar y cubrir un terreno de mayor extensión por lo cual las unidades de producción minera se han limitado y ahora actúan de manera más reducida y a menor escala, diferente a como lo hacían antes en donde en un solo punto los criminales empleaban varias máquinas destruyendo extensas áreas de selva cuyo daño, aunque tardará varios años en recuperarse, es una forma de iniciar a detener este grave delito contra la vida y la naturaleza.
La Gobernación del Chocó ha manifestado su clara intención de apoyar todas las iniciativas que permitan brindar condiciones dignas de vida a sus pobladores. Por eso dentro del Plan de Desarrollo Departamental han fijado metas y proyectos educativos y laborales para la ciudadanía, para evitar que sean reclutados por los grupos armados organizados para realizar esta clase de acciones contra la ley y el medio ambiente.
Adicional a estos esfuerzos, las Fuerzas Militares dispusieron de la Línea Gratuita Nacional 107 contra el terrorismo, para que los pobladores de las diferentes regiones del Chocó, realicen las denuncias, con absoluta reserva, y así localizar tanto a los criminales como a las unidades de producción minera igual, y así contribuyan al mejoramiento de las condiciones de seguridad y bienestar en su departamento.