Gracias a la articulación de esfuerzos entre la Armada de Colombia y la Fundación Econexión, dos madres cabezas de hogar con hijos que padecen de parálisis cerebral y quienes viven en condiciones de vulnerabilidad en el municipio de Tumaco, fueron beneficiadas con la entrega de un kit multifuncional de última generación que permitirá la rehabilitación de los menores en su casa.
Hasta el barrio El Bajito, llegó la caravana de la esperanza integrada por tripulantes de la Fuerza de Tarea Contra el Narcotráfico No.72 Poseidón, la Fundación Econexión, funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, y representantes del sector del comercio de Tumaco, con un solo propósito: mejorar la calidad de vida de Cindy Riascos, una niña de 12 años, quien fue diagnosticada desde su nacimiento con parálisis cerebral.
Cindy vive con su mamá, sus hermanos mayores y cuñados, quienes a diario padecían dificultades para movilizarla, alimentarla o hacer los ejercicios de fisioterapia indicados para mejorar su condición física y desarrollo muscular, ya que únicamente contaban con una silla de ruedas bastante deteriorada, en la que de forma improvisada le colocaban varios cojines, para evitar que sufriera de dolencias musculares generadas por la mala postura.
En medio de globos, alegría y un mensaje de admiración por la titánica labor que realiza como mujer cabeza de hogar, doña Emma Preciado, madre de Cindy, recibió de manos de la Fundación Econexión y la Armada de Colombia, el primer kit de rehabilitación que fue adquirido gracias al aporte realizado por los Supermercados Merca Z, de Tumaco.
“Gracias a la Armada, a la Fundación Econexión, ICBF y a MercaZ por el apoyo. La alegría es inmensa, necesitábamos mucho esta silla y ya la tenemos, va a ser muy valiosa, la vamos a cuidar, la vamos a querer mucho.”, expresó Jenifer Alarcón, familiar de Cindy.
Con la satisfacción del deber cumplido, la caravana continuó su recorrido hasta un humilde hogar ubicado en el barrio Exporcol de Tumaco, donde vive Adaliz Cortés, una joven tumaqueña que resume su felicidad en su único hijo, Jordan David, quien también padece de parálisis cerebral. Con seis años de edad, este pequeño carismático ilumina la vida de quien lo conoce con su tierna y expresiva sonrisa.
Adaliz lucha a diario por sostener a su hijo en medio de una difícil condición económica, ya que no cuenta con los recursos para darle la atención integral que necesita. “Lo mantengo en una silla Rimax, donde lo sujeto con almohadas para que no se caiga y esté cómodo. Para hacer los ejercicios y las terapias me toca en la silla porque no tiene un lugar cómodo ni adecuado”, afirma.
Fuente: prensa – Armada de Colombia