La Armada de Colombia durante el desarrollo de una operación conjunta con el Ejército Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana y coordinada con la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación, propinó un duro golpe a las organizaciones criminales dedicadas a la explotación ilícita de yacimientos mineros, al destruir siete dragas en el sector del Bajo Calima, zona rural de Buenaventura, en el departamento del Valle del Cauca.
La operación fue resultado de un arduo trabajo articulado de la Fuerza Pública que llegó al sector guiados con imágenes tomadas por la Fuerza Aérea Colombiana. De esta manera, se desplegaron dos pelotones y una Patrulla Logística de Combate de la Armada de Colombia, un pelotón del Ejército Nacional, uniformados de la Policía Nacional y funcionarios de la Fiscalía General de la Nación, quienes pusieron fin a la grave afectación al medio ambiente causada por estos criminales.
Durante la operación se ubicaron y destruyeron de forma controlada siete dragas que estaban siendo utilizadas para la minería ilegal, 12 motobombas, tres unidades de producción minera y herramientas para la extracción de oro, que provocó la deforestación del bosque, el desplazamiento de la fauna, la contaminación de fuentes hídricas y daños en el suelo y subsuelo, producto de esta actividad ilícita.
La maquinaria destruida tenía un valor aproximado de 250 mil millones de pesos, las cuales mensualmente generaban hasta 73 mil millones de pesos, rentas ilegales que eran captadas por la subestructura Baudó del Grupo Armado Organizado, GAO, 'Clan del Golfo'.
Cabe destacar, que la minería ilegal es una de las mayores fuentes de contaminación ambiental en el Pacífico colombiano, debido a que se realiza sin ningún tipo de control ni consideración por el ecosistema. Los elementos tóxicos como el mercurio, usado para la extracción de oro, son desechados de forma indiscriminada cerca a fuentes de agua o comunidades, lo cual implica un alto riesgo para la flora y fauna de la región, ya que genera una extensa degradación del medio ambiente y produce efectos adversos que pueden perdurar durante varias décadas después del cese de las actividades mineras ilegales.
Fuente: prensa – Armada de Colombia