El despliegue de las tropas se realiza en el marco del Plan Democracia 2023, para los comicios regionales.
Han sido desplegados 120.193 hombres y mujeres del Ejército Nacional en todo el territorio nacional para garantizar el desarrollo de los comicios.
Con misiones que van desde conducir operaciones militares para defender la soberanía nacional e integridad territorial, hasta proteger a la población civil y los recursos privados, 540 oficiales y 550 suboficiales mujeres, harán parte de las tropas que prestarán seguridad en el desarrollo de los comicios regionales de este domingo 29 de octubre.
Entre los más de 120 mil efectivos desplegados a nivel nacional, se ubican mujeres en las armas de infantería, caballería, artillería, ingenieros militares, comunicaciones, inteligencia militar, logística militar y aviación.
Dentro de ellas, se encuentra la cabo tercero, de infantería, Natalia Vidal Cantillo, que, a sus 23 años de edad, custodia la vía que de San José del Guaviare conduce a Calamar, con el liderazgo de un pelotón de soldados profesionales que custodian las vías para garantizar la movilidad de las comunidades de ese departamento.
Luego de su ascenso, durante dos años, la cabo Vidal ha sido designada como comandante de escuadra en la compañía de instrucción; integró la compañía de Apoyo y Servicios para el Combate en el Batallón de Infantería de Selva No. 24 ‘General Camacho Leyva’, y en la actualidad es comandante de escuadra del primer pelotón de la compañía A, de su unidad militar.
Con 1.62 mts de estatura, pero con una voz fuerte e inquebrantable, esta caucana, nacida en Caloto, desde muy joven demostró su arriesgada personalidad y la fortaleza de sus principios y valores adquiridos en su hogar.
La cabo tercero Vidal estuvo motivada por su hermano, que lleva 13 años como soldado profesional, y, aunque su apoyo fue fundamental para iniciar su proceso como suboficial, no quería que su hermana escogiera el arma de Infantería, pues sabía los riesgos a los que se enfrentaría en el camino, pero para Natalia la palabra “reto” retumbaba en su cabeza.
Habla de ellos con orgullo, pero al mismo tiempo sus ojos se llenan de sentimiento; entiende que dejar a la familia es difícil, pero son ellos quienes la motivan para que continúe siendo esa gran suboficial que con disciplina todos los días representa. Estudió cinco semestres de Ingeniería Industrial, y su propósito es continuar con su estudio para convertirse en profesional.
“Me siento orgullosa de pertenecer al Ejército Nacional, orientar a un grupo de soldados profesionales y ser un ejemplo para ellos; saber que los estoy orientando de la mejor manera en la parte militar. Tanto ellos como yo hemos aprendido muchas cosas. Al principio es complicado, pero el trabajo de uno les hacer ver que nosotras las mujeres estamos en la capacidad de hacer lo mismo que hacen ellos”.
Para esta mujer, que hace parte de las más de mil que estarán desplegadas en todo el territorio nacional, su paso por la Institución se ha convertido en una experiencia única, y además manifiesta que le apasiona trabajar con los soldados. Almuerza y pernocta con los soldados que trabaja, y siempre les recuerda que: “sin importar el lugar en donde se encuentren, hay que vivir la vida como un lince, es decir, estar siempre alertas ante cualquier situación”.
Autor: prensa – Ejército Nacional